miércoles, 11 de abril de 2012

FINAL DE LA NOCHE DE LOS FEOS.

De repente volteé y me di cuenta que realmente había hecho el amor con una mujer maravillosa, encantadora, vi en sus ojos un reflejo de ilusión.
¡No quiero que me hagas daño, quiero que te quedes conmigo!; dijo ella angustiosamente.
¡No te haré daño, estarás conmigo todo el tiempo que Dios lo permita!, le dije al respecto.

Nunca me había sentido tan bien al lado de una mujer, en una noche me había hecho feliz y así como ella esperaba quedarse conmigo, yo solo veía como podríamos construir un futuro perfecto entre los dos.

Comenzamos a conocernos más y cada día que pasaba me daba cuenta que somos dos personas en una sola, nos gusta lo mismo, compartimos lo mismo y a veces hasta en el pensamiento nos asemejamos.

Hoy en día no me importa lo que piensen los demás por nuestros rostros físicos, si fuese así no podría ser feliz; hoy en día lo que más me importa es que ella y yo somos seres llenos de humildad, honestidad, tolerancia y amor, de tal manera que doy por recordar dicha frase: “La belleza autentica no se lleva en la parte exterior del cuerpo, sino en el pensamiento de cada ser y su forma en como expresa los sentimientos”.

No hay comentarios:

Publicar un comentario